“La OMI
está capturada por la industria”. Fue la conclusión del Reporte sobre
influencia de los lobbies de la ONG Watchdog Influence, soltado -a propósito,
seguramente- el mismo 23 de octubre que iniciaba una importante reunión OMI
sobre emisión de gases. Se basa -entre otras cosas- en el análisis de la lista
de delegados de los países miembros, donde encontraron que 31 de las 100
delegaciones estaban conformadas por representantes de la industria marítima.
Por ejemplo, Cosco y Vale en las delegaciones de China y Brazil,
respectivamente. Cinco delegaciones eran encabezados, NO por funcionarios de
los países sino por representantes del registro internacional de buques. Esa
presencia de la industria -agrega el reporte- busca retrasar hasta el 2023, la
implementación de normas que busca reducir la emisión de gases. Esta noticia
originó bullicio en los medios con sendas opiniones a favor y en contra por
parte de analistas marítimos. La OMI respondió que la conformación de las
delegaciones son decisiones internas de cada país, un tema donde ellos no se
meten. Las aludidas: WSC, BIMCO, ICS, INTERTANKO negaron la intromisión.
Que la
industria sea invitada a formar parte de las delegaciones de los países es usual
y necesario. Los funcionarios públicos no lo pueden saber todo y necesitan la
opinión técnica de la industria para un adecuado análisis de la viabilidad de
las normas que se piensa aplicar en el país. Su opinión puede interpretarse
como lobbies, pero los intereses de la industria suelen ser los intereses del
país. Aunque haya hechos que demuestran que no siempre es así, por ejemplo, el
Convenio sobre reciclaje de buques del 2009, es tan impopular que no está en
vigor aun por falta de ratificaciones. Panamá lo ha ratificado y su bandera
sigue siendo muy atractiva para la industria.
No
conozco otra industria que tenga tan buena relación y de antaño con su
regulador, como la marítima. Veo una relación técnica, profesional y proporcionada,
que ha permitido adoptar muchos y eficaces convenios que ha mejorado enormemente
la seguridad marítima, ni hablar del medio ambiente. De hecho, la participación
de la industria marítima fue crucial para establecer las competencias de los
marinos en las enmiendas al Convenio de Formación STCW. Que la OMI esté
capturada por la industria, me parece una inadecuada interpretación del papel
de ésta en la regulación marítima. Una interpretación que obedece al propósito
de empañar la relación de la OMI con la industria y desacreditarlas; que busca
lo que muchas ONG ambientalistas -que desconocen el negocio naviero- buscaban
desde que se firmó el protocolo de Kioto: que se incluya el transporte marítimo
dentro del alcance del Acuerdo de Paris. Algo que sería mucho peor para el
medio ambiente. http://www.climatechangenews.com/2017/10/23/un-shipping-climate-talks-captured-industry/
Capt.
F.Pretell/pretellmaritimeaffairs.blogspot.com