En verano
del 2015, llegó a mi oficina una revista elegantemente producida de nombre “amalamar”.
Su editorial de crítica certera por el inadecuado cuidado del mar -sobre todo
el nuestro- llamó mi atención. Me animé a escribirles luego de recibir otras dos
ediciones (sale cada año) en agosto del 2017. Expuse que los problemas que
actualmente soporta el mar -sobre todo el nuestro- son producto de la poca
conciencia marítima de la población, evidenciada en investigaciones que había realizado
en 2012. Y que las profesiones marítimas, en especial la de marina mercante, es
el mejor vehículo para generar conciencia en la importancia del mar y su conservación.
¿La razón? -les dije- La marina mercante trata del estudio del buque mercante y
éste es la base de la educación marítima.
El día
de mi cumpleaños en setiembre del año pasado, recibí la grata noticia de que
iban a publicar mi artículo. En octubre salió la versión digital y ahora en
verano, tiempo de playa, ya se entrega la versión física. Es gratuita, pero la
envían a determinados destinatarios.
Todo lo
hice mediante mi correo personal de Outlook, sin hacer mención donde trabajo
porque eso no interesa. Interesa la trascendencia de la profesión, de las profesiones
marítimas. No importa la procedencia. Todo el ruido generado fuera de ese interés
frena y distrae. Les dejo el link de la revista: http://amalamar.com/
Capt.
F.Pretell/pretellmaritimeaffairs.blogspot.com