Se habla mucho de la competitividad de nuestros puertos. Que deseamos hacer del Callao un puerto Hub. Hablamos de eficiencia portuaria y servicios del sector portuario en sentido tan amplio que nos hacen olvidar ciertos detalles en la actividad del comercio internacional. Los barcos mercantes suelen clasificarse de muchas maneras; una de ellas es por el tráfico que realizan. Los barcos tipo Tramp son los que por la naturaleza spot negocio operan sin tener un puerto fijo, hasta que reciben instrucciones de ir a tal puerto, cargar tal carga y descargarla en tal puerto. Esta características la tiene los barcos que transportan carga a granel como el petróleo, el gas, los productos químicos, granos y minerales. Este era el caso de un enorme barco que en ruta a Panamá, recibió instrucciones de ingresar al Callao, cargar y zarpar rumbo a Asia. Apenas conocidos los puertos, el Capitán solicitó a su principal que le envíen al Callao las cartas de navegación del próximo puerto en Asia. El armador las pidió a una agencia en Inglaterra y esta las remitió al puerto del Callao, para ser entregadas al barco a su llegada. Las cartas nunca se entregaron al barco! Resulta que aduanas del Callao, calificó a las cartas de navegación necesarias para que el barco pueda llegar seguro a su próximo puerto, como: “plano cartográfico reservado” lo cual requería de una resolución de Cancillería para recién iniciar el trámite aduanero. Resolución que demoraría 15 días en ser emitida. 15 días multiplicados por 60 mil dólares diarios que cuestan esos barcos imagínense la fortuna para esperar las cartas de navegación. Obviamente el barco zarpó del Callao sin esperar las cartas y se tuvo que preparar un encuentro en alta mar para poder recibirlas. Encuentro en alta mar que por supuesto costó sus dólares al armador. En el negocio naviero todo cuesta y barato no es. Cómo es posible que algo así pase en el puerto del Callao, futuro Hub de este lado de Sur América, que espera recibir enormes naves post Panamax precisamente de Asia y con el nivel competitivo actual y globalizado y TLCs por doquier. Esto demuestra que la competitividad y eficiencia portuaria no pasa sólo por mejorar la infraestructura y los servicios en general, sino ir al detalle de la atención de los barcos y facilitar así el comercio internacional. Los barcos que son la razón de ser de los puertos. Qué tanto celebramos los TLCs si continúan este tipo de problemas que generan costos al naviero, que al final lo puede trasladar al usuario final.
Capt. Frank S. Pretell/pretellmaritimeaffairs.blogspot.com