jueves, 21 de abril de 2016

Reconocimiento por rescate de migrantes en la mar


Los migrantes marítimos no son un fenómeno nuevo. A través de los años, la gente de todo el mundo ha arriesgado su vida a bordo de un barco con pésimas condiciones de navegabilidad, ya sea buscando mejores condiciones de vida o protección internacional contra persecución u otras amenazas a su libertad y seguridad. En los últimos tiempos la situación ha empeorado. En 2014 y 2015, más de 1350 barcos mercantes se desviaron de su ruta para rescatar a casi 60 mil migrantes. Esto demuestra –entre cosas- que los servicios de Búsqueda y Salvamento en todo el mundo dependen principalmente de la acción de los barcos mercantes y más aún de las acciones y decisiones de los capitanes que los mandan. El derecho marítimo, cumple con darnos las normas claras respecto a auxiliar a gente en peligro en la mar, pero a pesar de las rigurosas y expresas disposiciones de UNCLOS, SOLAS, y -porque no decirlo- de la antigua tradición que obliga a prestar auxilio en la mar; muchos capitanes hacen caso omiso de aquellas y no les interesa desviar su barco para proceder al rescate de migrantes. Por eso, hace bien la OMI en buscar premiar la decisión de capitanes y marinos que han participado en tales rescates. En su Circular 3619 el Secretario General solicita a los Estados Miembros a que faciliten información sobre los buques mercantes, y su tripulación, que merezcan que se les elogie por esos rescates. Tengo entendido que José Luis Alcantara, participó con su tripulación, de uno de esos rescates; en el Mediterráneo. Sería oportuno que nuestro país informe de ese hecho a la OMI, ya que según la Resolución 1039(29), se les va a emitir un Certificado de Reconocimiento. Esta información solamente la pueden brindar los Estados Miembros y no se debe limitar –dice la Circular- a sus nacionales. Igual Malta ya lo hizo (tengo entendido que el barco de José Luis tenía registro Maltes). Pero más le convendría –creo- hacerlo a nuestro país. Excelente tal reconocimiento. Un rescate podría ser tan sencillo como parar las máquinas, dar socaire y pasar un cabo; o un tremendo problema de maniobrabilidad en mal tiempo, poniendo en peligro el barco mismo y tripulantes. Sea como fuere siempre hay riesgo y ante ello hay que responder con mucho profesionalismo, criterio y carácter. No obstante, habiendo leyes que claramente ordenan el auxilio, la decisión final es del que está al mando del barco. Porque si no quiere hacerlo (ha habido casos) ya sea por evitar problemas con las autoridades del puerto, ya sea por ceder a la presión comercial o simplemente porque hasta ellos ha llegado el desprecio a la vida humana, se genera ineficacias en el sistema de la seguridad marítima. Ya luego buscará la manera de arreglársela con apoyo legal por parte de su armador. Por eso, una cosa es lo que se decide en las importantes asambleas de la OMI, y otra lo que se decide en el puente de un barco en alta mar. La experiencia nos dice que no solo hace falta buenas leyes, sino capitanes que tengan el coraje de proceder de acuerdo a la ley y su conciencia y mantener así, las antiguas tradiciones marítimas que nos enorgullecen de ser marinos.

Capt. F. Pretell/pretellmaritimeaffairs.blogspot.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario