El 14
de febrero saltó en los medios, una acusación fiscal en una corte de Rotterdam
contra el armador Seatrade, por haber vendido sus barcos para desguace en
países “where current ship dismantling methods endangers the lives and health
of workers and pollutes the environment”. Se refiere a las scrap yards de las playas
de India y Bangladesh. Seatrade utilizó un agente para la venta; lo que es una
práctica común en el scrapping (Maersk hizo lo mismo en octubre del 2017).
La fiscalía
solicita una multa de 2.35 millones de euros, confiscación de los activos y 6
meses de prisión para tres ejecutivos de la empresa, que tiene base en Holanda
y es la más grande operadora de reefers en el mundo. La acusación se basa en
una norma regional que prohíbe a países EU, la exportación de basura peligrosa a
países fuera de la OECD.
Siempre
hemos comentado por este medio, que NO es bueno que la marina mercante sea
regulada regionalmente, que ello traería desconcierto y distorsiones al
comercio y transporte marítimo. Que debe ser la OMI -con sus defectos- la única
que regule todo lo relacionado al shipping. Pero ¿Qué se debe esperar cuando un
convenio adoptado por la OMI lleva tiempo esperando ratificaciones que no llegan?
Por ejemplo, el Convenio de Hong Kong sobre reciclaje de buques. Van 9 años
desde su adopción y sólo 6 países lo han ratificado. ¡SÓLO SEIS! ¿Qué se debe
esperar? Pues que aparezcan fiscales reformistas y creativos, que busquen
aplicar normas regionales a falta de la norma internacional.
Es
cierto que el sector marítimo es altamente regulado, pero eso depende de la
disposición de los países hacia la ratificación de los convenios. Para el tema de medioambiente, por ejemplo-
Europa siempre ha declarado que, si la OMI no adopta medidas para reducir las
emisiones de los buques, ellos lo harán. Esta acusación a Seatrade podría tener
origen en ello.
La OMI gestiona,
promueve y adopta normas, pero son los países las que lo implementan. Si no hay
voluntad de los países, pasa lo que al Convenio HK y surgen distorsiones, con
todo lo que eso significaría. No se puede tener numerosos estándares para una
sola gran aldea marítima.
La
acusación fiscal a Seatrade -por no desguazar sus buques de forma segura y
limpia- debe servir para que los países reimpulsen la conveniencia de incrementar
la regulación global de los buques mercantes (desde construcción a scrapping) mediante
la ratificación y -no menos importante- eficaz implementación de los convenios OMI.
Mención aparte a nuestro país “marítimo”, que
aún no ratifica el Convenio sobre trabajo “marítimo”.
Capt.
F.Pretell/pretellmaritimeaffairs.blogspot.com
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