miércoles, 12 de abril de 2017

Liberalización del cabotaje: Buscando un equilibrio

Desde su aparición en el mediterráneo antiguo, el negocio naviero siempre diferenció dos intereses: el de los navieros y el de los exportadores. Así se ha mantenido a lo largo de los años. Inclusive ahora- la Organización Marítima Internacional-OMI que regula el transporte marítimo a nivel mundial, destaca tales intereses en su consejo directivo, principalmente: países con intereses en transporte marítimo (navieros) y países interesados en el comercio (exportadores).
La economía de los países costeros se asienta en el transporte de carga por mar, especialmente en el cabotaje, definido como el transporte de mercancías y personas entre puertos de un mismo país, porque éste servicio impulsa su comercio interno y dinamiza su economía, he allí que las políticas marítimas deben estar alineadas con las políticas económicas de los países.
En el Perú, así como en la mayoría de países, el cabotaje está RESERVADO a naves peruanas, esta reserva es -para los exportadores- una RESTRICCIÓN. Cuando se habla de liberalización del cabotaje nos estamos refiriendo a permitir que barcos extranjeros transporten carga entre puertos peruanos, compitiendo así, con las naves peruanas.
La liberalización del cabotaje es un tema crítico en la política económica de los países y es evidente que beneficia a los exportadores, que no cuestionan la “nacionalidad” del barco que lleva su carga desde un puerto norteño o del sur, hacia el Callao, con destino final Asia o USA. Le interesa ESO SÍ, la puntualidad en la entrega y la integridad de su mercancía.
Es conocido también, que los costos de operación de un barco mercante con bandera peruana -son al menos- 33% más, que la de un barco extranjero y ese sobrecosto se transfiere al flete de transporte, que al final pagamos TODOS nosotros como beneficiarios finales de toda la distribución física de la mercancía.  
Entonces, es evidente que los exportadores buscan que el cabotaje se liberalice, mientras que los navieros buscan mantener esa reserva. En blanco y negro: Unos ganan y unos pierden. La discusión académica debe centrase en: ¿Cuántos se benefician de la liberalización? ¿Un sector económico, una región, un país? ¿Qué debemos buscar?
Si se liberaliza el cabotaje, es muy probable que los navieros nacionales cambien la bandera de sus barcos a otra de conveniencia (deflagging). Ya que, al no existir la reserva de cabotaje no tiene sentido económico mantener la bandera peruana. Eso nos dejaría –en teoría- sin marina mercante, sin poder controlar los barcos que hacen cabotaje, en teoría. Pero en la práctica no sería así, ya que, siendo banderas de conveniencia, los navieros peruanos siempre tendrán control de sus barcos.
Sin embargo, sería absurdo que un país costero no tenga marina mercante.
La solución pasa por ser creativos y buscar el equilibrio.


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